Apoquindo, noviembre de 2017. Josefina Moyano, es exalumna de INACAP Apoquindo, estudió entre los años 2014 y 2015 la Carrera Hoteles y Restaurantes. Actualmente trabaja de MDRP Rooms en el Hotel Ritz Carlton.

¿En qué consiste tu trabajo en el Hotel Ritz Carlton?

“Mi cargo actual es de MDRP Rooms, es un programa de líderes en el hotel en el cual te entrenan como supervisor por cada área, cuando termina el programa tienes la posibilidad de quedar como supervisor o gerente en una de las áreas por las cuales pasaste”

¿Qué es para ti la Industria Hotelera?

“Según mi opinión, la hotelería es mucho más que una industria, un trabajo o una carrera profesional. Para mí la hotelería es un estilo de vida. Desde el momento en que decidimos ser hoteleros, es porque realmente sentimos la vocación y el deseo de servir a los demás. El hecho de querer crear experiencias únicas y memorables para nuestros huéspedes, se explica porque nos sentimos felices con el bienestar de los otros. El camino en este rubro es complejo, y eso es lo que más me llama la atención, ya que se tienen que poner en práctica múltiples habilidades. Debemos saber sí o sí escuchar activamente, comunicarnos, resolver situaciones, presentarnos de buena manera, y por sobretodo, tener voluntad y una muy buena actitud”.

¿Cómo te has sentido con las competencias adquiridas en INACAP?

“INACAP me preparó muy bien para el mundo profesional. Mis profesores siempre me motivaron a optar por lo mejor, y sobre todo a desarrollar mi actitud como hotelera. INACAP no solamente trabaja las habilidades duras de uno como profesional, sino que también me ayudaron a desarrollar mis habilidades blandas en paralelo a mis estudios, y esto es uno de los factores claves del éxito. Las oportunidades de desarrollo y herramientas conocimiento que da INACAP son inmensas, y me siento orgullosa de haberlas sabido aprovechar”.

¿Cómo definiría “experiencia en servicio”?

“Experiencia en servicio es saber dar lo mejor de uno, hasta el punto en que ya puedes leer la mente de tus clientes. Saber lo que necesitan y quieren sin que lo haya dicho o no, y eso solamente lo da la práctica. Estar frente a frente con la persona a la que servimos, mantener una situación de respeto mutuo y lograr finalmente haber cumplido las expectativas del huésped o incluso haber ido más allá, que es lo ideal. Esta experiencia, para a quienes les gusta y tienen talento, no se hace pesada ni difícil, al contrario, se llegará a un punto en que ya no se verá como un trabajo, ya que en la hotelería ningún día es igual al otro, y eso es lo que lo hace uno de los trabajos más especiales y entretenidos que hay”.