Diálogo como punto de encuentro para transformar cosas complejas
¿Se puede aprender a dialogar? Esta es una pregunta que el Centro Nansen escucha con frecuencia. En tiempos donde se percibe la desconfianza y la necesidad de transformar situaciones complejas, hay una búsqueda de herramientas que puedan servir en lo cotidiano y en problemas más complejos. Hay herramientas y oportunidades para aprender a crear espacios seguros para el diálogo, como a través de los talleres realizados en el mes de mayo por el Centro Nansen para la Paz y el Diálogo.
En un nuevo ciclo de talleres de herramientas para el diálogo, 77 personas se reunieron para aprender algunas herramientas básicas para el diálogo. Los talleres, que son gratuitos, fueron organizados por el Centro Nansen, en colaboración con el Ministerio de Educación, Ministerio de Relaciones Exteriores, la Universidad Andrés Bello e INACAP.
¿Qué distingue a estos talleres?
Alfredo Zamudio, director de la misión en Chile del Centro Nansen, destaca que el diálogo es un proceso adaptativo, cuyo éxito depende de la calidad de las conversaciones, del espacio seguro creado y la diversidad de voces que logras convocar. “Todas estas enseñanzas las entregamos de forma práctica y teórica, donde los y las participantes de los talleres interactúan y conectan a través de los ejercicios de diálogo, escucha activa, y mapeo de conflictos, entre otros”, y agrega: “Los talleres del Centro Nansen son un encuentro entre personas que tal vez no hubiesen coincidido de otra forma”.
Los relatos de los participantes demuestran lo práctico y útil de las herramientas aprendidas. Manuel Castro, Suboficial de Carabineros, destacó: “Es muy bueno que exista este tipo de espacios para fomentar el diálogo. El diálogo es más que una conversación, es más que una negociación, es donde vemos a la persona. Esto me ha enriquecido tanto en lo personal, familiar y profesional. Me llevo la tarea de motivar, en el lugar de mi trabajo, a que otros puedan postular este taller y hacer una sociedad donde nos entendamos mejor”.
El taller es una oportunidad de reflexión, indica Camila Olmedo, directora de proyectos de la Fundación Ingeniería Sin Fronteras. “El taller ha sido súper interesante y entretenido. Ha sido un espacio de reflexión personal y esperanzador ver cómo tantas personas de sectores distintos estamos unidas para poder conversar sobre el diálogo”.
La experiencia también sirve para temas complejos, comentaba Mauricio Carabelli, del Ministerio de Relaciones Exteriores, quien encontró en el taller herramientas útiles para su labor: “Me pareció súper útil con un conjunto de herramientas que aprendimos en el hacer, en la práctica, con un grupo de personas muy diverso. Esto me va a servir mucho en el trabajo que hacemos como Ministerio, porque nos toca participar en la transformación de conflictos tanto en negociación internacionales como en situaciones concretas en consulados alrededor del mundo, por lo tanto estoy súper agradecido a este taller y de las herramientas que nos compartieron”.
Una clave ha sido el encuentro entre personas de distintos mundos, comenta Jazmín Cabello, Gerente de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad en Tres Montes, Luchetti, quien valoró la diversidad de experiencias compartidas: “Ha sido una experiencia muy enriquecedora, desde el punto de vista de las herramientas que se entregan, como también desde la experiencia de compartir, aprender y dialogar con personas diversas. Yo destaco el poder darse el tiempo y el espacio para tener estos momentos de encuentro en las distintas organizaciones y entre organizaciones, también entre diversos grupos, porque es increíble como estos espacios marcan la diferencia y abren puertas, abren caminos al entendimiento, a soluciones, a la innovación, y son la base para que se pueda lograr muchas cosas”.
Aprender es transformador: “En estos talleres participa gente de diversos sectores sociales y con diferentes experiencias y sentimientos. Algunos llegan con desconfianza o curiosidad, pero después de unas horas descubren que les gusta la experiencia, ya que es muy diferente al debate público. Se encuentran con personas con las que nunca han hablado, a veces con posiciones adversarias. Estos talleres no son para llegar a un acuerdo, sino para aprender. Esta experiencia puede inspirar a crear conversaciones más dialogantes en su entorno y a reconocer que es posible conversar de otra forma. Cada persona se lleva una experiencia y una nueva memoria de diálogo”, finaliza Alfredo Zamudio.
El Centro Nansen, con el apoyo del gobierno de Noruega y diversas instituciones colaboradoras, universidades y centros de aprendizaje en Chile, continuará su misión de promover el diálogo como herramienta esencial para la comprensión y la transformación de conflictos, hasta el año 2025.