Quínoa Orgánica emprendimiento 100% natural

INACAP agosto de 2018. Compromiso y futuro. –  Felipe Carvacho es el creador de Quínoa Orgánica, empresa que nace del amor por la tierra, sus raíces y las costumbres de sus abuelos.

En el año 2006, cuando se encontraba en Santiago estudiando en la Universidad, junto a su pareja Daniela Becerra, se preguntaron “¿Qué podían hacer?” para cambiar sus estilos de vidas.

Este mismo año, toman una decisión y deciden volver a retomar una tradición familiar:  sembrar quinoa con técnicas de cultivos amigables con el medioambiente y la comunidad, con el fin de lograr un producto único en su elaboración.

Actualmente se encuentran en la comuna de Pichilemu -sector de Cáhuil- y  son una de las pocas plantas de procesamiento de quinoa que existen en Chile, tienen un producto 100% natural, único en su proceso de cultivo y certificados por Ecocert Chile, en Cultivos Orgánicos del Campo y la Semilla.

“Primero, tenemos que tomar en cuenta que es la quinoa”

La Quinoa es catalogado como uno de los mejores superalimentos del mundo, se produce principalmente en la zona alto andina de Perú y Bolivia, centro de origen genético de este cultivo. En Chile siempre ha estado presente desde Chiloé hasta la Zona Centro, pero pocos agricultores se han dedicado a su producción.

¿Cómo nace Quínoa Orgánica? 

-Nace a través de mis abuelos, ellos cosechaban de manera tradicional quinoa en sus campos para consumo propio. En aquel tiempo no era un alimento conocido y no existía la demanda que tiene hoy en día.

Luego de un tiempo, mis abuelos dejaron de cosechar y los campos quedaron abandonados, hasta el año 2006, cuando con Daniela decidimos volver a sembrar, conservando las técnicas tradicionales de cultivo.

Nuestra primera cosecha nos dio muy buenos resultados, pudimos extraer un grano de muy buena calidad, debido a que nunca hemos aplicado químicos y fertilizantes.

¿Cuál es la propuesta de valor de Quinoa Orgánica?

-Es un producto 100% orgánico, donde además nos caracterizamos por trabajar con un modelo de comercio justo y procesos que son amigables con el medio ambiente.

Tenemos un sistema totalmente artesanal, en donde realizamos la siembra y la cosecha, en una fiesta que se llama Mingaco, en la que se reúnen muchas personas del campo, entre ellos, amigos y familiares, personas que conocemos desde siempre, ellos siembran y nosotros a modo de agradecimiento hacemos una gran fiesta.

No trabajamos con ninguna máquina industrializada, sembramos y cosechamos todo a mano. Esto nos permite tener un producto mucho más limpio. Hoy en día pensar en un proceso así, es totalmente antieconómico.

¿Cómo se ha ido desarrollando el proyecto dentro de la Incubadora de Negocios?

Estamos muy satisfechos con todo lo que ha pasado con la Incubadora, nosotros entramos por un PRAE Corfo, donde teníamos distintas opciones de elegir y quisimos a INACAP por su gran soporte. Hemos tenido ayuda no solamente en la parte técnica, sino que también nos han asesorado en diseño y hemos conectado con distintos actores que han sido un aporte a nuestro proyecto.

También, nuestro ejecutivo, ha sido un apoyo tremendo, a parte de hacer su trabajo, nos ha ayudado mucho en la parte estructural de la empresa, el va mucho más allá, se ha involucrado y nos ha abierto los ojos en muchas cosas.

¿Qué es lo que más destacás del proceso de incubación?

Lo que más me ha gustado de este proceso, es el orden con que se van ejecutando las cosas y como se van adelantando a los problemas que eventualmente van a pasar.

¿Qué ha sido lo mejor de emprender?

Lo mejor ha sido saber que hoy día estamos elaborando un producto que para la sociedad es súper beneficioso y, sobre todo, sentir que somos un aporte al consumo de comida saludable.

También la satisfacción, se pagan todas esas noches sin dormir, toda esa rabia y discusiones, todos esos momentos que pensaste que todo iba mal, se pagan con estos momentos que estamos disfrutando ahora.