Tendencias Educativas

¿Hace un par de meses fui expositor en la Gira Emprende INACAP en La Serena, donde 200 jóvenes conocieron algunas nuevas tendencias de emprendimiento.

El Miedo: La mayor barrera para el emprendimiento

Hace un par de meses fui expositor en la Gira Emprende INACAP en La Serena, donde 200 jóvenes conocieron algunas nuevas tendencias de emprendimiento. Frente al público me paro y pregunto: ¿quiénes tienen ganas de emprender? Tímidamente se levantan seis o siete manos. Hay un silencio en la sala y todos se miran. Repito la pregunta y esta vez prácticamente toda la sala levanta la mano. ¡Ahora todos quieren emprender!

La sabiduría popular dice que el mayor desafío para emprender es la falta del dinero, teoría que no comparto. Estoy convencido de que el principal enemigo del emprendimiento es el “miedo”, el cual nos hace visualizar infinitas barreras infranqueables que nos llevan a mantener el statu-quo. Es este miedo el que nos retiene en nuestra zona de confort y nos impide dar el salto a la independencia laboral. Ese miedo que nos hace quedarnos en el trabajo que odiamos, justificado por un sueldo fijo mensual y la promesa de una indemnización o de un acenso. El problema radica en que este es un miedo muy racional, ya que apenas una de cada cuatro nuevas empresas sigue viva al cabo de tres años.

Pero, ¿deberías emprender? La respuesta es “depende”. Depende de qué te mueve. Un estudio liderado por el Dr. Tim Butler, de la Universidad de Harvard, concluyó –luego de encuestar a más de 27.000 emprendedores y empleados– que las principales recompensas que motivan a los grandes ejecutivos de empresas son la “seguridad” y el “reconocimiento”. En cambio, la lista de lo que motiva a los emprendedores es encabezada por el “poder” y el “control”, y solo en el duodécimo lugar aparece el “reconocimiento” y en el decimotercero la “seguridad”.

Esto explica por qué grandes emprendedores, a pesar de ser millonarios, siguen emprendiendo. Si quieres emprender, Chile presenta hoy condiciones sumamente favorables para ello. En todos los rankings sobre aspectos relacionados con emprendimiento, nuestro país figura en posiciones de vanguardia. Ejemplos, el 10° lugar como el “Mejor país para emprender” de 24/7 Wall St., y el lugar 30 en el ranking de “Mejores países para emprender” de la revista Forbes, son una muestra de que nuestro ecosistema de emprendimiento es hoy uno de los más potentes del mundo.

Está bien, los obstáculos para emprender son principalmente subjetivos y nuestro país es un buen lugar para arriesgarse; sin embargo hay que tener claro que no se trata de emprender por emprender. Hay que hacerlo bien y con visión de escalamiento: que nuestro proyecto pueda crecer rápidamente. En Latinoamérica enfrentamos la triste realidad de ser el continente con más emprendimientos, sin embargo no logramos generar empresas de alto valor. Nuestros emprendimientos nacen y se estancan por baja sofisticación.

Las nuevas tendencias nos enseñan que, para emprender con impacto y sofisticación, hay que fallar rápido y lo más barato posible. Fallar es parte del proceso e implica un aprendizaje. Lo óptimo es empezar a vender antes de tener el producto o servicio terminado, utilizando prototipos o un producto mínimo viable capaz de convencer a nuestros potenciales compradores. No vale la pena perder tiempo y recursos en encuestas y estudios de mercado: si un cliente paga por tu producto o servicio entonces ya está validado comercialmente.

Un buen modelo de negocio es aquel que se va ajustando hasta calzar con lo que pide mercado. La invitación entonces es a emprender pero de una manera ágil y flexible, que permita mejorar la probabilidad de éxito al menor costo posible.

 

Por Matías Arrau
Director Técnico de Emprendimiento e Incubación de Negocios de INACAP