Visión 2030: la Universidad que queremos (y debemos) ser

Mundo INACAP Abril

La transformación institucional a partir de las tres misiones que asume nuestra Universidad se está desplegando en estos momentos con la mirada puesta en una visión de largo plazo, exigente pero alcanzable, de lo que deseamos ser y del impacto que queremos tener. Los grandes proyectos que se están implementando en estos momentos –algunos de los cuales son mencionados en este artículo– apuntan a que en 2030 seamos la Universidad más innovadora del país.

Tras 12 años de existencia, la Universidad Tecnológica de Chile INACAP puede exhibir logros importantes. Apoyándose en los 40 años previos de historia institucional, el entonces nuevo proyecto de universidad iniciado en 2006 se proponía complementar el quehacer ya realizado por el Centro de Formación Técnica y el Instituto Profesional, lo que ha cumplido con creces. Hoy la Universidad organiza y mantiene al Sistema Integrado, tiene cerca de 36 mil alumnos en 26 Sedes y es la única universidad con presencia nacional. Además imparte una formación pertinente a las necesidades del sector productivo, y de una calidad consistente a lo largo del país, como lo demuestra el hecho de que más del 90% de sus estudiantes se forma en carreras acreditadas con un promedio de cinco años.

Todo esto lo logró asumiéndose en sus inicios como una Universidad dedicada principalmente a la docencia, que no exigía requisitos de ingreso, de carácter tecnológico y cuya oferta académica se podía articular en función de las necesidades de las personas. Sin embargo, a raíz de la planificación estratégica desarrollada para el cuatrienio 2017-2020 se evidenció la necesidad de iniciar una nueva etapa en la vida institucional, y en particular de la Universidad, a fin de lograr el impacto significativo que nuestro país se merece y necesita para avanzar decididamente hacia el desarrollo. La acreditación institucional de la Universidad de 2016 nos hizo acelerar el paso hacia estos objetivos y, por lo mismo, la acreditación de este año debemos entenderla como un hito intermedio hacia la consecución de una visión mayor.



En esta nueva etapa, la Universidad debe caracterizarse por la utilización de los estándares internacionales de las instituciones de nuestra categoría, y por exhibir aquellos atributos que nos permitirán cumplir con el objetivo declarado: Investigación y Desarrollo (I+D) que aporten a nuestra docencia y a la productividad del país; una Vinculación con el Medio entendida como la tercera misión universitaria, junto a la Docencia y la I+D (ver recuadro) y como nodo articulador de un ecosistema robusto de innovación y emprendimiento; estudiantes más activos en la co-construcción de su experiencia; y un cuerpo académico más capaz de impulsar desde su quehacer las tres misiones de la Universidad.

La visión para 2030

“El avance institucional y en particular de la Universidad ha sido tan vertiginoso en los últimos dos años, que casi sin darnos cuenta vimos que 2020 estaba a la vuelta de la esquina, por lo que necesitábamos prolongar la visión estratégica definida con el actual PDE hacia un horizonte más lejano, pero no por eso menos concreto”, explica el Rector de INACAP, Gonzalo Vargas. Fue por ello que durante el Encuentro Nacional de Vicerrectores y Directivos, en el pasado mes de enero, fue presentada oficialmente la visión institucional para la Universidad hacia 2030, la que si bien aspira a conservar muchos de sus atributos existentes, y dar por superados varios de nuestros actuales desafíos, vislumbra también ciertas características en las que debemos avanzar más decididamente.

“La definición más importante es que para 2030 queremos ser la universidad más innovadora del país, lo que significa que la innovación deberá estar presente en todo lo que hagamos: en las personas que enseñan, gestionan y aprenden; en los programas formativos de todos los niveles y en sus metodologías. La innovación será el fin por el cual se investiga, de modo que genere emprendimientos y transferencia tecnológica que contribuya eficazmente al desarrollo de nuestro país”, complementa el Rector.

Si bien no están completamente definidas las métricas con que será medido el logro de estos objetivos, sí existen varias aproximaciones de cómo debería verse una Universidad con las características mencionadas, como por ejemplo, estar entre las 20 universidades del país que más investigaciones publican en revistas indexadas; estar entre las cinco que generen más patentes u otros instrumentos de propiedad intelectual; y tener una mayor cobertura de carreras acreditadas con mecanismos nacionales e internacionales que certifiquen su calidad.

Si bien los objetivos son ambiciosos, el trabajo que se ha venido realizando en los últimos años hace que parezcan alcanzables.

 Docencia e I+D

La Universidad está impulsando proyectos estratégicos que buscan que la docencia impartida en las carreras de las tres instituciones sea más eficaz, significativa y pertinente a las demandas presentes y futuras del mundo del trabajo.

El primero de ellos es el proyecto Docencia 2030, el que a su vez se subdivide en ámbitos de innovación para abordar los múltiples aspectos que hacen posible una docencia de calidad. En el ámbito de la admisión, se está implementando un sistema que incorpora progresivamente requisitos de ingreso a ciertas carreras, mejora los canales de información y orientación de los postulantes, potencia la nivelación y amplía la gama de instrumentos de reconocimiento de aprendizajes y de evaluación diagnóstica. Esto partió en el proceso de Admisión 2018 con la evaluación diagnóstica de matemática como requisito para un grupo de carreras y con los años se irán sumando más competencias evaluadas. “Estas innovaciones mantienen el espíritu de la Institución de integrar a la Educación Superior a estudiantes que sabemos que tienen un enorme potencial de aprendizaje. Sin embargo, nuestra experiencia nos dice que si los estudiantes están desinformados sobre las carreras o presentan brechas de aprendizaje que no podemos reducir con nuestros programas remediales, su probabilidad de deserción aumenta mucho. Por ello, este proyecto busca mejorar nuestras capacidades para informar, evaluar, nivelar y –si es necesario– orientar a los postulantes para que tomen una decisión distinta si no cumplen con los requisitos de ingreso a una carrera”, explica la Directora de Desarrollo Académico, Gabriela Navarro.

En el ámbito de la evaluación de aprendizajes se está implementando un sistema que permite al académico evaluar y retroalimentar al estudiante en línea, mediante el registro de evidencias de aprendizaje. Este proyecto, denominado “Trazabilidad de aprendizajes”, busca evidenciar el nivel de desarrollo de las competencias, superando así la escasa información que dan las notas de las asignaturas. Por otra parte, en el ámbito del método pedagógico se está elaborando el AAVI (Aprendizaje Activo, Vinculado e Interdisciplinario), con el que se pretende pasar del Aprender Haciendo al Aprender Desarrollando, privilegiando la participación de los estudiantes en el desarrollo de soluciones a desafíos reales del sector productivo durante sus planes de estudio.

Un factor esencial para que esto sea posible es el desarrollo de nuestro cuerpo académico, a fin de que pueda realizar cabalmente las tareas asociadas a las tres misiones de la Universidad y a la gestión académica (ver números 15 y 16 de MundoINACAP). “La carrera académica, instaurada el año pasado, y la jerarquización académica, cuyo primer ciclo acaba de concluir, nos han permitido tener una mejor caracterización de la composición actual de nuestro cuerpo académico, y de los pasos que debemos dar en perfeccionamiento, fondos de incentivo, programas de intercambio para académicos, definición de núcleos de alta dedicación y vida colegiada, así como la definición de estrategia de trabajo colaborativo entre unidades académicas de Sede y Casa Central. Todo esto, para asegurar que el académico alcance el nivel de desarrollo que necesitamos para cumplir con nuestros objetivos”, complementa el Subdirector de Desarrollo Docente, Gustavo Pavez.

Por otra parte, se está avanzando rápidamente para que la Investigación y Desarrollo (I+D) se instale como una parte esencial del quehacer institucional (ver página 15), siendo uno de los criterios para la jerarquización de los académicos, y también un aporte para la Docencia y la Vinculación con el Medio. También se está trabajando en un modelo que integre la I+D con la innovación, el emprendimiento y la transferencia tecnológica, a fin de contribuir con nuevo conocimiento a la productividad de las empresas.

Innovación, emprendimiento y trabajo en red

Hitos como la reciente inauguración del Fab Universidad INACAP, en Santiago Sur, dan cuenta de una voluntad institucional de potenciar la innovación y el emprendimiento en todos los niveles posibles, entendidos estos como motores de desarrollo económico y también personal. Con la red de prototipado y fabricación que se está articulando en torno al Fab, la Universidad busca aportar a las comunidades de todas las regiones del país con herramientas que les permitan generar, diseñar y probar nuevas ideas que agreguen valor a la actividad económica y puedan ser escalables, generando además instancias de cooperación con otros nodos de la red distribuidos en otras Sedes y regiones del país.

El trabajo en redes también se expresará en importantes niveles de asociatividad con otras universidades de Chile (lo que ya se ve en proyectos como el Hub Global Tarapacá, el Centro de Investigación para la Educación Inclusiva, liderado por la PUCV, o el proyecto con el IDIEM de la Universidad de Chile, entre muchos otros), universidades extranjeras, organismos certificadores internacionales y empresas de alta tecnología; y manteniendo el trabajo en vínculo con los actores con que nos relacionamos actualmente. Del mismo modo también se está profundizando la colaboración con otros actores para el desarrollo social y cultural de nuestro país. “En el mundo actual, es muy difícil lograr grandes avances en soledad; es importante colaborar con otros y salir a buscar oportunidades de generar valor compartido con otros actores, obteniendo un impacto en nuestro quehacer y en el entorno”, agrega la Directora Nacional de Vinculación con el Medio, Pilar Majmud.

Internamente esto también se está reflejando en el trabajo de los proyectos estratégicos, cuyo carácter transformacional demanda la cooperación de unidades y Sedes que antes trabajaban de manera más aislada. Por ejemplo, en la creación del Fab colaboraron el Centro de Emprendimiento INACAP, la Dirección Nacional de Bibliotecas, la Sede Santiago Sur, la Gerencia de Inmobiliaria e Infraestructura y la Dirección de Operaciones. “Para que la Universidad cambie hacia lo que queremos que sea, nosotros también debemos cambiar la forma en que trabajamos y vernos como un nodo que articula redes de trabajo con entes internos y externos a fin de lograr los objetivos propuestos. Lo que queremos ver en 2030 debemos sembrarlo hoy, y los resultados de proyectos como el Fab, la Carrera Académica o el nuevo Sistema de Admisión nos indican que eso ya está ocurriendo”, concluye el Vicerrector de Desarrollo Institucional, José Cancino.

 

El rol de la Universidad en el Sistema Integrado INACAP

  • Como muchas universidades, nuestra Universidad tiene tres misiones que le son propias: Docencia, impartiendo programas conducentes a grado académico y educación continua; Investigación y Desarrollo con foco productivo y educativo; y Vinculación con el Medio.
  • Por otro lado, y como parte del Sistema Integrado, nuestra Universidad organiza y mantiene el IP y el CFT INACAP. Ello implica que indirectamente vela por la docencia impartida, conducente a títulos técnicos de nivel superior y títulos profesionales sin grado académico. También actúa como Organismo Técnico de Capacitación (OTEC).
  • Por lo anterior, hay muchas iniciativas que se realizan en el marco de la transformación de la Universidad, pero que en la práctica benefician a todos los estudiantes del Sistema Integrado.

 

La participación de los estudiantes

Otro aspecto importante del desarrollo institucional, y que va en paralelo a las tres misiones declaradas, tiene que ver con las instancias de participación con que los estudiantes. A contar de 2018 en todas las Sedes hay delegados por carrera, año y jornada, a fin de que los alumnos se involucren más activamente en la co-construcción de su experiencia en nuestra Institución, tanto en el plano formativo con en lo extracurricular. 

Otra iniciativa importante son los grupos temáticos, con los que la Universidad busca potenciar y formalizar las instancias en que los estudiantes se agrupan en función de sus intereses o aficiones. Estos grupos pueden ser de la más diversa índole (deportivos, religiosos, artísticos, culturales, voluntariado, y académicos, entre otros).