Entrevista a académicos del Tec de Monterrey sobre la Carrera Académica

“Todo lo que se hace con los docentes es para que los alumnos obtengan las competencias esperadas según nuestro modelo educativo”.

Entrevista a académicos del Tec de Monterrey sobre la Carrera Académica

Entrevista a académicos del Tec de Monterrey sobre la Carrera Académica

VERÓNICA PATIÑO Y EDUARDO GARCÍA, ACADÉMICOS DEL TEC DE MONTERREY:

“Los estudiantes se inspiran y aprenden más cuando tienen un reto y tienen que lograr algo”

El equipo a cargo del Proyecto Gestión del Cuerpo Académico invitó a dos profesores del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (más conocido como el Tec) a participar en un proceso de evaluación y retroalimentación a la Carrera Académica, con foco en la Jerarquización Académica, a través de reuniones y focus groups con académicos y directores de carrera. MundoINACAP conversó con ellos sobre su percepción sobre la evolución en curso de nuestro cuerpo académico y sobre la trayectoria similar que comenzó el Tec hace casi dos décadas y que ha posibilitado importantes desarrollos académicos.






¿Qué les ha parecido el proceso de jerarquización que ha desarrollado nuestra Institución?

Verónica Patiño: El proyecto está muy alineado con la dirección que quiere tomar la Institución respecto de la Carrera Académica que se espera establecer. Han tenido las dificultades propias de los proyectos que están partiendo, pero se ve claridad de rumbo respecto de lo que se quiere lograr. Lo que están haciendo es muy valioso porque tienen muy clara la visión, y lo que se quiere impulsará movimiento. Los resultados no serán inmediatos, y a lo mejor al principio habrá resistencia de los profesores hacia lo nuevo, pero a la vuelta de dos o tres años, las decisiones tomadas darán resultado.

¿Cuáles son los aprendizajes que ha tenido el Tec en dicho proceso?

Eduardo García: En los 20 años que llevo trabajando en carrera académica en el Tec, ha habido un cambio muy fuerte. Si bien el proceso empezó en 1986, no tenía difusión ni incentivos formales para que los profesores quisieran jerarquizarse. Diez años después, la Institución decide que habrá una retribución económica a los jerarquizados, y ahí se produjo un boom: de tres o cuatro académicos que se jerarquizaban cada 10 años, pasamos a 150 académicos intentando clasificarse simultáneamente.

Entonces el impulso original no se debía a las características deseadas de la docencia ni al impacto que se quería tener…

EG: Efectivamente, solo era una retribución a la labor del profesor. Pero esto cambia en el año 2000, cuando se creó la carrera del profesor propiamente tal. Naturalmente hubo resistencia, pues los profesores estaban acostumbrados a realizar solamente docencia. Fue un cambio brusco, pues de repente nos pidieron que investigáramos y que nos vinculáramos con el entorno, actividades que no estábamos haciendo, al menos no oficialmente. Este cambio tardó unos cuatro o cinco años.

¿Es esa la situación actual?

VP: No, desde 2015 hay un reglamento unificado de jerarquización para los 26 campus del Tec en todo México, en línea con el modelo educativo Tec 21. En el nuevo reglamento se miden tres dimensiones distintas. La primera es la docencia propiamente tal, que es igual y transversal para todas las líneas, disciplinas o rutas existentes, donde se espera que a ese nivel los profesores tengan cierta vinculación con el entorno desde la disciplina, realicen innovaciones educativas, actividades de innovación tecnológica, cumplan uso herramientas tecnológicas y realicen capacitaciones o consultorías básicas.

La segunda dimensión es la que llamamos “vitalidad intelectual”, que es donde los académicos deciden en qué ruta quieren desarrollarse. Son cinco: i) profesor clínico; ii) profesor consultor; iii) profesor investigador; iv) profesor docente y v) profesor emprendedor. La primera de ellas es privativa de las carreras de la salud y cuenta con niveles especiales. En las otras cuatro existen los grados de asistente, asociado y titular según los logros propios de cada ruta. Por ejemplo, el profesor emprendedor tendrá un grado más alto si su empresa tiene más empleados o más ventas; mientras que con el consultor se considera la facturación y el nivel de las consultorías realizadas. Y lo mismo ocurre con las investigaciones y las innovaciones en docencia.

EG: La tercera dimensión es “servicio y liderazgo”, y consiste en salir hacia afuera, al mismo Tec y a la comunidad, pero no desde su disciplina sino proyectando beneficios directos en la sociedad, en temas no necesariamente relacionados con su profesión. Un académico puede pertenecer a una sociedad protectora de animales, o ser dirigente en la junta de vecinos, o ser del comité de agua de una localidad. Es decir, da su tiempo a organismos externos, o participa en los comités institucionales.

El reglamento actual tiene cerca de 25 puntos que hay que cumplir para clasificarse. Un investigador top que no cumpla con las exigencias básicas de la dimensión de docencia, simplemente no puede clasificarse en ninguna de las avenidas establecidas. Lo mismo corre si no se realizan acciones de servicio y liderazgo.

¿Por qué es así?

VP: Porque después de algunos pilotos y un esfuerzo importante de coordinación, desde hace tres años llevamos a cabo la Semana i a nivel nacional y de manera simultánea, donde todos los alumnos y profesores dejan las aulas durante una semana y se vinculan con una necesidad o desafío del entorno, con el fin de ayudar a resolverlo.

EG: Para ello, los académicos ya vinculados con algún actor del entorno (y de ahí la importancia de las exigencias de la jerarquización) elaboran un proyecto y lo publican para que se inscriban alumnos interesados y que cumplan con los requisitos. Probablemente estos no se conozcan entre sí ni conozcan al profesor.

VP: Esto apoya a que se aborden las diversas competencias del alumno y no solo las disciplinares. En la Semana i debes exhibir trabajo en equipo y multidisciplinario, enfrentar un reto atípico, tener esa vinculación con el entorno y mostrar un sentido humano hacia la comunidad. Con esto entregamos una educación integral al alumno.

Si ligamos esto con la jerarquización, el profesor que no hizo una Semana i en los últimos tres años, no se puede jerarquizar y cae en el nivel más bajo. Es importante que los profesores estén involucrados con el modelo educativo y con la generación de retos: esto hace que la institución se mueva y supere las resistencias que suele haber ante las innovaciones.

¿Qué se puede resolver con la Semana i y qué no?

EG: De los cinco días de la semana, en el primero conocen la empresa y realizan el trabajo duro los tres siguientes, y presentan lo logrado en el último. En ese lapso, los alumnos alcanzan a hacer un diagnóstico y sistematizarlo. Puede parecer poco, y a veces uno subestima a los alumnos, pero al haber 30 cabezas pensando cómo resolver el problema, empiezan salir buenas ideas y soluciones.

VP: Uno de los resquemores iniciales era que los alumnos no serían capaces de aguantar ocho horas en una planta… y resulta que algunos se quedan a dormir y no se van por el entusiasmo de resolver el reto. Hubo que llevarles de cenar y preparar una logística especial, pues el alumno se inspira más cuando tiene un reto y tiene que alcanzar algo. Es urgente que nos movamos más rápido hacia una educación de este tipo, basada en retos.

La ganancia es en todos los niveles, pues los alumnos, cuando vuelven a clase después de la Semana i, dicen que prefieren aprender en terreno; hoy tenemos una fila muy larga de asociaciones y empresas que quieren una Semana i; y hay muchos profesores que han enriquecido su labor gracias a esta instancia. En suma, el aprendizaje para todos nosotros ha sido muy valioso, y por ello pudimos escalar al Semestre I.

¿Es lo mismo pero más largo o es distinto?

EG: Es muy distinto, pues en un Semestre i se busca la revalidación de las materias de un semestre completo, por lo que los profesores de seis asignaturas de un semestre deben diseñar el reto en conjunto para cubrir todas las horas y aprendizajes disciplinares que se deben obtener en ese periodo, pero de manera práctica y donde las materias se cruzan transversalmente: puedes tener materias de ingeniería industrial, evaluación de proyectos, ética en la profesión, finanzas.

VP: En agosto de 2019 empiezan las primeras carreras que tienen Semestres i obligatorios, que ahora se llaman Semestres Tec. Esto implica más trabajo y más complejidad, pero vale la pena, pues las respuestas de los alumnos a las encuestas sobre la Semana i y el Semestre i es que ellos dicen que quieren seguir aprendiendo así.

¿Se viene entonces la Carrera i?

EG: No tanto, pero ahora se está trabajando en las nuevas carreras por trayectorias, donde un alumno puede entrar a ingeniería, después optar por ingeniería mecánica, pero especializándose en finanzas con mercadotecnia, por ejemplo. Así el alumno puede crear su propia carrera mediante un currículum flexible, con ciertos mínimos curriculares. Pero esto requerirá que pasen por tres Semestres i y otras tantas Semanas i a lo largo de la carrera. El alumno tiene retos diferentes a través de su carrera y para ello necesitamos profesores que puedan acompañar este proceso: que sepan de innovación, de herramientas tecnológicas, etc.

VP: No hay manera de que puedas tener un Tec 21 dirigido a los alumnos actuales si no tienes una planta docente que respalde ese modelo. Todo lo que se hace con los docentes es para que los alumnos obtengan las competencias esperadas según nuestro modelo educativo.

Perfil

Verónica Patiño es Directora Indicadores de Académicos de la Dirección de Desarrollo de Facultad; mientras que Eduardo García es Profesor Titular de la Facultad de Ingeniería y Presidente Comité Calificación Académicos, ambos del Tec de Monterrey. Esta prestigiosa institución tecnológica, fundada en 1943, tiene 26 campus en todo México y más 56 mil alumnos de pregrado, 26 mil alumnos secundarios y más de siete mil en postgrado. A nivel de pregrado cuenta con más de cinco mil docentes de cátedra; más de 1.700 profesores de planta (jerarquizables), de los cuales más de 920 están jerarquizados.