El Despliegue de la I+D

Investigacion y Desarrollo

A poco más de un año del lanzamiento de los primeros fondos, hoy la función Investigación cuenta con una estructura definida en lo primordial, y resultados auspiciosos.

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Investigación y Desarrollo

El Despliegue de la I+D

A poco más de un año del lanzamiento de los primeros fondos, hoy la función Investigación cuenta con una estructura definida en lo primordial, y resultados auspiciosos.

A fines de 2016 se lanzaron los primeros fondos de fomento a la investigación, los que incluían reconocimientos a los académicos que habían publicado en revistas indexadas durante los años inmediatamente anteriores; fondos para publicar en ellas durante 2017; fondos para incentivar la participación en congresos académicos nacionales e internacionales; y otros para la organización de este tipo de encuentros en nuestras Sedes.

Este fue el primer hito público de un trabajo intencionado para que nuestra Universidad asuma en propiedad la segunda misión que suelen desarrollar las instituciones de su tipo, que además ya había sido declarado en el PDE 2020 como un objetivo estratégico. Este trabajo ha seguido desarrollándose desde entonces, y en los meses transcurridos ha tenido avances sustantivos en términos de definiciones, estructuras y también resultados, que hacen pensar que esto no puede sino crecer en los próximos años.


Política y estructura

A mediados de 2017 se creó en la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado la Dirección Nacional de Investigación y Desarrollo (I+D), unidad encargada de entregar los lineamientos para el desarrollo de la investigación, y promover y difundir las iniciativas generadas al interior de la Institución, así como aquellas externas que tienen relación con el quehacer de la Universidad. La Dirección también promueve el trabajo conjunto con académicos, grupos, centros y redes de investigación en Chile y el extranjero, junto con mantener el registro de los académicos y estudiantes que realicen tareas de I+D.

Su Director, Giovanni Giachetti, explica que una de las primeras definiciones fue abordar esta misión desde la perspectiva de Investigación y Desarrollo porque, “como señala nuestra política de I+D, aspiramos a generar conocimiento que sea probado experimentalmente y que dé paso a innovaciones en los ámbitos educativo y productivo”.

En efecto, al alero de la nueva Política de Investigación y Desarrollo de la Universidad, se empezó a definir y desplegar la estructura institucional que apoyará la gestión de la Dirección Nacional. En primer lugar, y en línea con lo avanzado en Carrera Académica, se estableció que dentro del cuerpo académico habrá Académicos Investigadores, es decir, académicos con grado de Doctor que posean productividad científica (publicaciones indexadas y/o derechos de propiedad intelectual), capaces de postular y liderar proyectos de I+D. Se definió también que habrá académicos con horas asignadas para investigación y desarrollo aun cuando no cuenten con el grado de doctor. Estos académicos serán apoyados por mecanismos de perfeccionamiento para adquirir y potenciar las competencias pertinentes a la función de I+D.

Por Áreas

Las distintas Áreas Académicas de la Universidad tendrán un Director de I+D, los que dependerán del Director Nacional de I+D. Actualmente, ya hay tres directores desempeñando sus funciones, estableciendo lineamientos estratégicos, en conjunto con los respectivos Directores de Área de la Vicerrectoría Académica, y realizando un catastro inicial de los académicos en Sedes que tengan competencias e interés en realizar investigación, junto con los dominios de aplicación en los que pueden aportar.

El Director de I+D del Área Electricidad y Electrónica, Juan Tapia, asegura que “nuestra tarea es ayudar a que por cada Sede y por cada línea de investigación establecida, exista una red de académicos competentes que puedan mantener un nivel adecuado de productividad científica y adjudicarse proyectos de I+D en fondos concursables. También velamos por que las actividades de los académicos investigadores y académicos con dedicación a I+D estén en línea con las definiciones de desarrollo estratégico de cada Área. En Electricidad y Electrónica estamos definiendo cuál debiera ser nuestro foco, y en este proceso hemos identificado que las líneas de investigación asociadas a la eficiencia energética e Internet de las Cosas serían muy pertinentes a nuestro quehacer como Universidad Tecnológica. En las otras Áreas están definiendo sus propias líneas de interés”. Es importante destacar que cualesquiera que sean las líneas de investigación que desarrolle la Universidad, además de ser un aporte al conocimiento, estas deben finalmente tributar a la mejora del aprendizaje de nuestros estudiantes.

Por su parte, el Director I+D del Área Salud, Pablo Burgos, explica que los proyectos buscarán resolver problemas de salud de la comunidad y optimizar el trabajo de los equipos involucrados por medio de iniciativas interdisciplinarias entre las áreas clínicas y científico-tecnológicas, que vinculen a nuestros estudiantes y académicos.

A partir del trabajo de investigación (el que, si bien se gestiona por Área, en la práctica se desarrolla de manera interdisciplinaria) se espera generar un modelo virtuoso que potencie a las otras misiones de la Universidad. Se articula con la docencia de pregrado, pues los académicos que investiguen transmitirán su conocimiento mediante actividades docentes como impartición de clases, dirección de tesis y proyectos de título, o la realización de talleres y charlas con académicos y estudiantes. Además, el desarrollo de proyectos de investigación considera la colaboración con otros académicos, y la participación de estudiantes ya sea como tesistas, asistentes de proyecto, técnicos de apoyo, etc. En la medida que madure la función de Investigación y Desarrollo, se verá potenciado el número y perfil de la planta académica dando cabida a la creación de nuevos programas de postgrado, los que visualizamos con un carácter y enfoque profesional y aplicado.

Por zonas

Por su parte, la I+D se desplegará a nivel territorial con cinco Direcciones de I+D en Sedes, que representan cinco macrozonas; estas Sedes son: Iquique, La Serena, RM, Concepción-Talcahuano y Temuco. Giovanni Giachetti explica que “cada macrozona debe funcionar como un cluster donde las distintas Sedes pueden articular actividades de investigación relacionadas con su contexto y el ámbito regional. En este sentido, es claro que las investigaciones y líneas de investigación pueden variar de una zona a otra. Esto es bastante evidente en el ámbito productivo, pero también impacta en lo educativo, pues si bien somos una sola Institución con un solo modelo educativo, los perfiles de los estudiantes y sus necesidades también pueden cambiar a lo largo del país”.

No hay que entender estas divisiones como compartimentos estancos, pues la idea es que esta estructura facilite la interacción de académicos de distintos puntos del país. Por ejemplo, la colaboración entre Directores de I+D de Áreas y macrozonas permite configurar proyectos e iniciativas de I+D con académicos de distintos puntos del país, aprovechando la variedad de las capacidades desarrolladas por los equipos de investigación de las Sedes. “Queremos promover y articular un trabajo en red, y hoy existen las tecnologías para que esto trascienda a las disciplinas y distancias geográficas”, agrega Juan Tapia.

La Dirección de I+D también tendrá una importante labor en el reclutamiento de académicos que puedan dirigir proyectos de investigación y desarrollo, y articular equipos de trabajo en las Sedes, “aprovechando la presencia nacional y el propósito de desarrollar investigaciones que no solo se traduzcan en artículos científicos, sino que aspiren a realizar una contribución real a la docencia y al desarrollo productivo”, concluye Giovanni Giachetti.

 

Avances, cifras y proyecciones

Los fondos de fomento instaurados a fines de 2016 movilizaron a nuestros académicos, lo que se puede ver en las siguientes cifras de 2017:

  • 46 publicaciones en revistas indexadas.
  • Se apoyaron 84 ponencias en Congresos Académicos nacionales e internacionales.
  • Se lanzaron fondos de I+D para la realización de proyectos con foco educativo que tuvieron 27 proyectos adjudicados, con la participación de 55 académicos.
  • 9 congresos académicos realizados en Sedes.

En total, han participado 142 académicos durante 2017, en los distintos fondos e instrumentos de fomento de Universidad. Para 2018 se espera incrementar considerablemente estas cifras mediante la incorporación de nuevos fondos como el Fondo de Inicio para la I+D con Foco Productivo, cuyo proceso de postulación comenzó el 30 de marzo.

Adicionalmente, algunas unidades de la Universidad han realizado Talleres de I+D para nuestros académicos, como el de Metodología de la Investigación Aplicada. Este fue impartido conjuntamente por las Direcciones de I+D y Postgrados en nueve ocasiones, para siete Sedes y unidades de Casa Central.