Docencia 2030

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El despliegue de este proyecto estratégico –a través de diversas iniciativas simultáneas– prepara a la Universidad, al IP y al CFT para que los estudiantes logren mejores aprendizajes en un contexto cada vez más dinámico.

En estos momentos se están desplegando diversas iniciativas relacionadas con la docencia en nuestra institución, las que en conjunto contribuyen a alcanzar una visión a largo plazo, al 2030: hacer de la Institución un ecosistema de aprendizaje donde se enseña y se aprende manera innovadora y a lo largo de la vida, con el fin de aportar al país con profesionales sistémicos, promotores de cambio, con impronta tecnológica y proyección global desde y para las regiones. Para el desarrollo de este ecosistema se profundiza en las innovaciones desarrolladas a partir del año 2012, para mejorar la progresión y asegurar el logro del perfil de egreso.

La Directora de Desarrollo Académico de nuestra Institución, Gabriela Navarro afirma que “lo que llamamos Docencia 2030 apunta a lograr un nuevo estadio de desarrollo de la docencia en INACAP, a partir de una continuidad con todo lo que se avanzó con la Renovación Curricular. Todo lo que se está haciendo en Docencia 2030 es posible y se basa en algún atributo o proyecto desarrollado con la renovación de las mallas entre 2012 y 2016. Se trata además de una visión sistémica de iniciativas integradas, no solo entre sí, sino también con otros proyectos estratégicos, como el de Gestión del Cuerpo Académico”, I+e y Progresión, entre otros.

La instalación del proyecto Docencia 2030 busca: a) obtener información respecto de los estudiantes y su proceso formativo, y b) innovar en el proceso educativo a fin de hacerlo más ágil, significativo para los estudiantes y pertinente a los desafíos que nos presenta el entorno. En la medida que la Institución cuente con más y mejor información sobre sus estudiantes, es posible idear nuevas modalidades formativas y generar a partir de estas una retroalimentación más precisa sobre el desarrollo de las competencias descritas en el perfil de egreso de los estudiantes.



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Admisión y Trazabilidad de aprendizajes

La obtención de una mejor información es el principio que sustenta dos de las iniciativas del proyecto, denominadas Sistema de Admisión y Trazabilidad de aprendizajes. Por una parte, el Sistema de Admisión apunta a una adecuada integración del estudiante a la institución, al cual prepara, evalúa, nivela y orienta, de modo que esté más informado, mejor preparado y mejor orientado al ingresar a nuestra Institución. Así aportamos a que su decisión de matrícula sea sobre la base de información exhaustiva sobre la profesión, el método de estudios y los requisitos, a fin de potenciar de desarrollo académico en esa carrera específicamente.

Una fortaleza del sistema de admisión es la evaluación diagnóstica que viene desarrollándose en la institución hace ya varios años, la cual se sustenta en una metodología que permite reconocer a la diversidad de los perfiles de los nuevos estudiantes y orientarlos en acciones (elegir otra carrera, nivelación o convalidación) de acuerdo con el nivel de logro mostrado. “El nuevo Sistema de Admisión es posible porque contamos con un instrumento poderoso de evaluación diagnóstica que ha probado ser un buen predictor de deserción, a partir de los resultados obtenidos en ciertas competencias, principalmente de matemáticas. En este proceso hemos contado con la asesoría experta del DEMRE, lo que nos ha permitido perfeccionarlo y expandir su función, ya que actualmente opera como un placement test”, afirma Gabriela Navarro.

“Tenemos el deber de utilizar la información que hemos obtenido en estos años sobre los perfiles de los estudiantes que recibimos. Si hoy establecemos mínimos de logro de la evaluación diagnóstica de matemáticas como requisito de ingreso es porque sabemos que quienes no demuestren ese mínimo es muy probable que fracasen en sus estudios, ya que todos los apoyos que podemos brindarle son insuficientes. Por ende, lo responsable, lo ético y lo más consciente –desde el punto de vista educativo– es orientar a esas personas hacia otras decisiones, eventualmente otros programas si demuestran tener posibilidades reales de progresar académicamente”, complementa el Subdirector de Formación Transversal, José Miguel Araus.

La Trazabilidad de aprendizajes sigue un principio similar. Al igual que la Admisión, este desarrollo se basa en un avance curricular anterior: durante la renovación curricular se estableció que, en el diseño de todo plan de estudios, se deben identificar asignaturas hito destinadas a evaluar y nivelar el desarrollo de las competencias que deben ir demostrando los estudiantes en los distintos niveles, lo que se evidencia a través de indicadores. La limitación para determinar con precisión el nivel de logro de las competencias es la evaluación en función de una escala de notas, ya que no entrega información suficiente ni al profesor ni al estudiante.

“Con la trazabilidad estamos desarrollando un modelo de análisis propio, para registrar más y mejor información sobre el estado de los aprendizajes de los estudiantes en ciertas asignaturas clave: aquellas de Formación de Empleabilidad, las asignaturas hito y los proyectos o seminarios de título o de grado. Es decir, con el proyecto podemos tener una evidencia más completa de lo que han aprendido los alumnos, una que va más allá de la mera nota que se utiliza en el modelo tradicional, y a partir de la cual podremos entregarles mejor retroalimentación para que mejoren su desempeño”, agrega Gabriela Navarro.

Esta iniciativa partió como un piloto con el Proyecto Portafolio, del Centro de Innovación en Educación (CIEDU), que se aplicó originalmente en la carrera de Ingeniería en Construcción, y se está desplegando gradualmente en Ingeniería en Informática, Ingeniería en Administración de Empresas, Trabajo Social, Kinesiología y Nutrición y Dietética.

 AAVC

Esta sigla significa Aprendizaje Activo Vinculado y Colaborativo, y está definido como el paso siguiente respecto del enfoque institucional tradicional, el Aprender Haciendo. A través de esta iniciativa, se busca capitalizar la experiencia institucional, especialmente de las Sedes, de generar procesos de enseñanza-aprendizaje significativos por su carácter práctico. Para ello, se están creando planes de estudio y brindando formación al cuerpo académico, que fomenten la participación del estudiante en el desarrollo de soluciones a problemas reales del sector productivo y de las comunidades. Esta modalidad de estudio implica mayor autonomía de parte del estudiante, el dominio de estrategias activas de enseñanza-aprendizaje por parte de los académicos, una mayor presencia de actores del medio durante la carrera, y el trabajo conjunto con estudiantes de otras carreras a fin de obtener una mirada interdisciplinaria en el desarrollo de las soluciones.

Estos modelos están siendo aplicados por otras instituciones de educación en el mundo desarrollado y de países como el nuestro –por ejemplo, el TEC de Monterrey (ver entrevista en esta misma edición)– e incluso algunas empresas están creando sus propias academias y universidades para estar siempre al día con lo que pasa en el entorno.

En la práctica, el AAVC se expresará en experiencias de aprendizaje que se realizarán en las mismas asignaturas en que se está desplegando la Trazabilidad, porque “si una estudiante realiza un proyecto, lo habitual es ponerle nota al resultado del proyecto; pero con la traza podemos registrar los razonamientos detrás de sus decisiones, que es lo realmente importante, y es lo que será valorado en el mundo del trabajo. Más que dominar una tecnología –que de seguro cambiará en pocos años–, importa que sepa reflexionar y decidir a partir de su acción, y necesitamos el AAVC para que desarrolle esa competencia, y la Traza para hacerle seguimiento”, dice Gabriela Navarro.

Se espera extender progresivamente lo avanzado en docencia de Pregrado a Postgrado y Capacitación, pues esta es la experiencia educativa que se requiere hoy, con mayor autonomía y con opciones formativas que permitan una continuidad de estudios al servicio de las necesidades de las personas. En síntesis, se aspira a que toda la Institución sea un ecosistema de aprendizaje que trascienda el aula y esté presente en las empresas, talleres, en la casa y en las plataformas digitales, donde el Aprender Haciendo habrá evolucionado hacia un concepto nuevo: el Aprender Desarrollando.

Cambios en la articulación

Otra iniciativa dentro de Docencia 2030 es la diversificación del modelo de articulación que sustenta al Sistema integrado.  Los Nodos se suman como metodología de articulación a las rutas formativas, ya conocidas por años en nuestra institución, y sus principales características son:

  • Es un conjunto de exigencias establecidas para programas de estudio articulados, que permite acceder al programa de nivel superior y que excede el mero cumplimiento de un cierto currículo conducente al título anterior.
  • Su propósito final es asegurar que los estudiantes que avancen al siguiente nivel, tengan las competencias adecuadas para progresar en su programa de estudios y cumplir con éxito el perfil de egreso de éste.
  • Las exigencias que conforman un nodo pueden ser asignaturas, evaluaciones, u otros instrumentos, que forman parte del programa de nivel superior, que sólo pueden cursarse una vez obtenido el título anterior.
  • Esto puede ser previo al inicio del primer semestre del ciclo profesional, o en paralelo a este, si el total de horas del semestre lo permite.

“Esta mejora a nuestra forma de articular está siendo implementada gradualmente a aquellas carreras que actualizan sus planes de estudio. A la fecha ya cuentan con nodo Administración de Empresas e Ingeniería en Administración de Empresas; y Edificación, Construcción Civil e Ingeniería en Construcción”, comenta Catherine Díaz, Subdirectora de Currículum y Evaluación.