Conociendo INACAP

INACAP tiene el compromiso con Chile, las regiones, sus estudiantes y sus familias de impartir una educación pertinente y de calidad, a fin de que miles de jóvenes de todo el país puedan formarse en las competencias que demandan los sectores productivos en las 15 regiones.

Cómo se define la oferta académica para nuestros alumnos en todo el país

Conociendo INACAP

INACAP tiene el compromiso con Chile, las regiones, sus estudiantes y sus familias de impartir una educación pertinente y de calidad, a fin de que miles de jóvenes de todo el país puedan formarse en las competencias que demandan los sectores productivos en las 15 regiones.

INACAP está en todo el país para que las personas puedan formarse en su región y –ojalá– se queden ella para contribuir al desarrollo local. Ahora bien, para que ello sea posible, es necesario contar con una oferta de carreras técnicamente bien elaboradas y que correspondan con la realidad de cada zona donde están emplazadas las 26 Sedes de INACAP. La Institución elabora esta oferta gracias a una serie de rigurosos procesos que sistematizan las acciones necesarias para lograr ese fin e involucran a diversas unidades de Casa Central y a todas las Sedes.

 

¿Qué carreras impartimos?

INACAP tiene actualmente una oferta de pregrado que supera 75 carreras, agrupadas en doce Áreas Académicas. Si actualmente tenemos esa oferta y no otra es porque INACAP cuenta con un procedimiento de Gestión de Portafolio de Programas de Pregrado, el que establece cómo se debe proceder para crear carreras nuevas; modificar las carreras existentes; y descontinuar y cerrar programas a nivel nacional y en cada Sede.

Para la creación de carreras nuevas hay un Proceso de Gestión de Portafolio, el cual considera actividades de prospección acerca de las tendencias y espacios ocupacionales, por iniciativa de la Dirección del Área Académica involucrada, el que se traduce en un análisis de tendencias de mercado laboral nacional e internacional. Tras una serie de revisiones y validaciones (principalmente en la Vicerrectoría Académica de Pregrado), el análisis se traduce en una propuesta de nuevo Programa de Estudio, el que es sometido a un estudio de factibilidad interna. Si es aprobada la propuesta, esta pasa al Diseño Curricular. Un ejemplo reciente de ello es la carrera de Ingeniería en Ciberseguridad, la que empezará a ser impartida en 2018, pero cuya exploración de las tendencias de mercado y la oferta existente empezó planificarse en 2014.

Por otra parte, la modificación y descontinuación de los programas de estudio supone una revisión del portafolio vigente, de la que se desprende que algunos programas no sufren cambios; otros sufren actualizaciones, adecuaciones o ajustes (ver más abajo); y otros son descontinuados.

 

¿Cómo se diseñan las carreras?

Cuando se decide que se debe impartir una carrera nueva, o actualizarla a partir de un nuevo perfil de egreso, comienza el proceso de Diseño Curricular, el que consta de cuatro etapas sucesivas. La primera de ellas es el levantamiento del perfil profesional, es decir, las funciones, condiciones personales y los recursos involucrados para el ejercicio de una profesión. Después de una serie de validaciones, a partir del perfil profesional se elabora un perfil de egreso, el que declara las competencias que debe dominar un egresado al titularse de la carrera.

Con ese perfil a la vista, y debidamente validado por diversas instancias hasta el Consejo Superior, se procede al diseño del plan de estudio y su malla curricular, donde se detalla la secuencia de asignaturas que harán posible que el alumno adquiera las competencias deseadas, para finalmente culminar en el diseño de cada una de las asignaturas.

Siguiendo con el ejemplo de la Ingeniería en Ciberseguridad, se entrevistó a 32 ejecutivos de TI de importantes empresas e instituciones nacionales e internacionales para levantar el perfil profesional. Una vez establecido el perfil de egreso y la consiguiente malla curricular, estos fueron validados por expertos de nueve instituciones, incluyendo a la propia INACAP, dados los altos estándares que maneja en cuanto a las TI.

El proceso completo de diseño o actualización abarca cerca de dos años. Por su parte, los procesos de adecuación (cambio en la malla curricular sin afectar el perfil de egreso) y de ajuste (que involucran cambios dentro de las asignaturas sin afectar la malla) son más breves.

“Los programas diseñados son después implementados en las Sedes y su funcionamiento es monitoreado a través del Proceso de Mejora Continua de Programas de Estudio, el que recoge el desempeño en variables clave, como progresión y aprobación de asignaturas. Dependiendo del nivel de dispersión de los resultados entre las Sedes, podemos inferir si hay espacio de mejora a nivel de diseño o de la implementación de los programas”, dice Catherine Díaz, Subdirectora de Currículum y Evaluación.

 

Conociendo INACAP

¿Qué se imparte en cada Sede?

En junio de este año debería estar decidida la oferta general de carreras de la Institución. Con esa definición, las Sedes ya están en condiciones de decidir qué carreras impartir.

Claudio Venegas, Vicerrector Regional de la Zona Sur, explica que este es un proceso clave “pues con él definimos lo que somos y lo que ofrecemos a la comunidad. Este proceso parte desde las Sedes, pues conocen su entorno y la estrategia que quieren seguir, para esto reciben insumos de la Institución, como la recomendación de la Dirección de Inteligencia Competitiva, sobre el posicionamiento de mercado, empleabilidad y competencia para cada cruce Carrera-Sede, así como lineamientos nacionales de la Vicerrectoría Nacional de Sedes. Pero la tarea se define en las Sedes”.

Si bien el proceso ha sido generalmente exitoso en cuanto a matrícula, actualmente está siendo revisado para que se realice de manera más integrada y articulada, con más visiones, como la de la Vicerrectoría Académica de Pregrado a través de los Directores de Áreas Académicas, y la Dirección de Evaluación Institucional, entre otros, pues es necesario considerar múltiples variables, como demanda, retención, empleabilidad, acreditación. Así se espera constituir una oferta con más demanda, mejor retención, mayor empleabilidad y mejores remuneraciones, es decir, una oferta más sintonizada con el sector productivo local y nacional.

“Además hay que considerar que la oferta definida en cada Sede tiene consecuencias tanto internas como externas”, agrega el Vicerrector, “pues esta impacta en las necesidades de infraestructura, equipamiento, dotación del cuerpo académico y en el presupuesto; por otra parte, esto tiene un impacto en las definiciones de financiamiento como el CAE, becas y gratuidad, entre otras, así como en el Sistema de Información de la Educación Superior (SIES). Estamos trabajando para que en este proceso haya una mirada nacional, local y por área, donde participen todos quienes tienen algo que decir para que tengamos una oferta más pertinente”.