Carrera académica en INACAP

Revista MundoINACAP 15

Un proceso formal y transparente que reconoce la trayectoria y talento de los académicos, y potencia su desarrollo para que aporten de mejor manera a las funciones de Docencia, Investigación y Vinculación con el Medio.

 

Durante el segundo semestre comenzará el proceso de jerarquización de aquellos académicos de INACAP que cumplan ciertos requisitos, como tener contrato indefinido, tener una dedicación de once horas o más a la semana y ejercer la docencia, pudiendo sumar funciones en investigación o a la vinculación con el medio de acuerdo con su quehacer. En primera instancia, serán jerarquizados los docentes que pasaron por la evaluación de desempeño el año pasado (más de 1.600 académicos), y tendrá efectos en diversos aspectos del funcionamiento institucional.

Ahora bien, este es solo el primer hito de un esfuerzo mayor que está sistematizado en el proyecto estratégico Gestión del Cuerpo Académico, el que tributa al Pilar 2 (Calidad formativa) de nuestro PDE 2020. Su objetivo es “asegurar que disponemos de un cuerpo académico competente y comprometido que permita implementar las funciones académicas de Docencia, Investigación, y Vinculación con el Medio requeridas por el proyecto educativo del sistema integrado INACAP, de tal forma de impactar sobre la calidad del proceso de aprendizaje de los alumnos”, y uno de los medios más importantes para lograrlo es la instauración de una carrera académica en la Institución.

 

Un nuevo perfil

Después de un exhaustivo trabajo de diseño, el equipo a cargo del proyecto realizó ciertas definiciones clave, donde la primera de ellas es declarar que la docencia en INACAP es desarrollada por académicos, los que tienen un perfil distinto al anterior perfil docente.

Ana Beatriz Montealegre, Vicerrectora de Recursos Humanos de INACAP y Líder del Proyecto Gestión del Cuerpo Académico, explica que “a la exigencia de contar con académicos con conocimiento didáctico, disciplinar y de la Institución, más experiencia en el sector productivo, hoy se agrega la posibilidad de desarrollarse académicamente generando conocimiento nuevo de acuerdo con los estándares establecidos y participando en proyectos en vínculo con el sector productivo y con el medio en general, lo que está alineado con la transformación que está experimentando la Institución”.

En virtud de lo anterior, se definió que nuestros académicos podrán desarrollarse en una o más de las cuatro funciones –docencia, investigación, vinculación con el medio y gestión académica– en torno a las cuales se realizarán los sucesivos hitos de la carrera académica. Esta contempla cinco etapas: el reclutamiento/selección de los académicos; la planificación de actividades (con sus beneficios asociados); la evaluación del desempeño; la jerarquización y la gestión de sus resultados. De estas etapas, casi todas existían de una u otra manera, pero al agregar la jerarquización se intenciona el proceso completo al reconocimiento y desarrollo de los académicos para cumplir con los objetivos institucionales.

“Esto es un hito transformacional en la Institución, pues por primera vez le planteamos a nuestros académicos una hoja de ruta con las etapas para su desarrollo y las herramientas para alcanzarlo. De esta forma, el crecimiento de los académicos depende de ellos mismos y de su autogestión”, dice Eugenio Covarrubias, Vicerrector de INACAP Puente Alto e integrante del equipo gestor de este proyecto.

 

Niveles y efectos

Cuando se realiza la jerarquización a los académicos que ya pertenecen a la Institución, se consideran elementos como formación y experiencia académica y laboral; y el desempeño, el que será evaluado por los estudiantes, el propio académico y su Director de Carrera, a través del Modelo de Gestión de Desempeño (MGD). También serán consideradas la participación en proyectos y producción de investigación educativa y productiva; en iniciativas que involucren asistencia técnica a empresas del sector productivo; y en acciones que impliquen la innovación para una mejor docencia (para más sobre el proceso mismo, ver recuadro).

Tomando en consideración los elementos mencionados, los académicos de la Institución serán jerarquizados en cuatro niveles: Instructor, Asistente, Asociado y Titular. Gustavo Pavez, Subdirector de Desarrollo Docente de INACAP y Gerente del Proyecto, explica que la jerarquización tendrá efectos en diversos ámbitos, “pues es la forma de reconocer la trayectoria y los talentos de nuestros académicos. Por ejemplo, la participación en órganos colegiados de carácter académico, como los Comités Académicos Ampliados, los Comités Nacionales de Carreras (para los procesos de acreditación) o los Consejos Académicos de Sede, dependerá de la jerarquía de los académicos, pues es lógico que en la toma de decisiones académicas participen quienes estén más capacitados”.

La jerarquización también será un insumo para asignar funciones anexas a la docencia, como la participación en actividades en vínculo con el medio (como la Clínica MyPE o los CDN), así como también en la selección para oportunidades de becas y pasantías. También tendrá un efecto en las remuneraciones.

Ahora bien, hay que aclarar que se puede llegar a tener el grado de académico titular destacándose principalmente en docencia e innovación educativa, sin necesidad de realizar o participar en proyectos de investigación o vinculación con el medio. “Esto no ocurre en otras instituciones, pero en la nuestra sí, porque tenemos una trayectoria como una Institución docente y valoramos el logro de los aprendizajes por parte de los estudiantes”, dice Gustavo Pavez.

 

Soporte y desarrollo

Uno de los pilares de la Carrera Académica es la formación permanente de los académicos. Para ese fin, contempla diversas estrategias, metodologías e instrumentos destinados a impulsar y formalizar su desarrollo y ayudarles a cumplir con los criterios que les permitirían subir de un grado al siguiente. Por un lado hay diversas instancias institucionales de formación de los académicos –como cursos, seminarios, workshops, webinars, diplomados y becas para postgrados–, donde podrán desarrollar aquellas competencias que resulten en una mejor docencia.

Paralelamente, existen diversos instrumentos de financiamiento para reconocer, promover e incentivar la investigación entre los académicos de la Universidad Tecnológica de Chile INACAP, como los fondos del Concurso de Innovación Docente (organizado por nuestro Centro de Innovación en Educación), los Fondos de Incentivo para la Publicación Científica, para la Presentación en Congresos, para la Organización de Congresos en Sedes y para el Desarrollo de Proyectos de Investigación.

“Esto es un compromiso manifiesto de la Institución con sus académicos, pues nos proponemos acompañarles para que mejoren y eso significará un esfuerzo importante en recursos y está bien que así sea, pues debemos retener a quienes se destacan en una o más de las funciones de docencia, investigación y vinculación con el medio, que es la razón profunda de este cambio”, dice Rodrigo Ibáñez, Vicerrector de INACAP Osorno y también integrante de este proyecto.

 

Recepción y desafíos

Los entrevistados coinciden en que la Carrera Académica era algo largamente esperado por nuestros académicos, pues permitirá que se les reconozca su formación, trayectoria y aquellos ámbitos en que se destaquen, y que cuenten con incentivos para perfeccionarse profesionalmente. También nos permitirá conocer la composición de nuestro cuerpo académico y los desafíos por abordar en lo inmediato.

“La jerarquización nos servirá para saber cuántos académicos tenemos en cada uno de los cuatro niveles, y cómo están repartidos entre las 26 Sedes y las Áreas y Carreras que componen nuestra oferta académica. Si queremos asegurar una calidad consistente en todos los programas y Sedes, lo ideal es contar con académicos asociados y titulares distribuidos a lo largo del país”, concluye el Vicerrector de Innovación y Postgrado, André Beaujanot.

 

Cómo funciona la jerarquización

Este proceso comienza cuando el académico ingresa sus antecedentes profesionales y de formación en un sistema especialmente diseñado para ese fin. Entre ellos se cuentan los títulos y grados académicos, las publicaciones realizadas y las actividades demostrables de su quehacer.

Posteriormente, el académico se autoevalúa de acuerdo con la Matriz de Jerarquización, un instrumento que define lo que debe cumplir un académico para cada uno de los cuatro niveles en los aspectos de Formación; Docencia (experiencia e innovación docente); Desempeño (MGD); Investigación (participación en proyectos y producción de investigación); y Vinculación con el Medio (actividad profesional e innovación productiva y emprendimiento).

Esa autoevaluación llega a manos de los Comités de Jerarquización de Sede, los que cotejan los antecedentes y dictaminan la categorización del académico. Es importante recalcar que son tres Comités (uno por zona), y están compuestos por seis académicos internos y un externo, es decir, por pares, quienes además pertenecen a una zona geográfica distinta a la del académico evaluado. Por ejemplo, si el académico es de Puerto Montt, los evaluadores del Comité serán pares de la Zona Norte o de la RM.

Si el académico no queda conforme, puede apelar al Consejo de Carrera Académica, compuesto por los Vicerrectores Académico de Pregrado, de Innovación y Postgrado, de Recursos Humanos y de Desarrollo Institucional, el que puede acoger o desechar la apelación.

Este proceso cuenta con un reglamento y un procedimiento, los que estarán disponibles para la comunidad académica de la Institución.

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